El hatero, ese ser que cree ser el incomprendido, la falsa consciencia que le dice tu eres diferente. Mediante esta frase me gustaría reflexionar en la tormenta de la grandeza que esto supone.
El ser que odia, odia todo aquello que es similar, que se parece. Este individuo huye de lo que hacen el resto de las personas en sus vidas cotidianas, no sólo esto sino que este tipo de individuos lo único que le mueve es la diferencia entre unos y otros; a pesar de que sea negativa o positiva esta forma de afrontar el día a día.
Es normal que todas las personas quedamos diferenciarnos unas de otras, es lógico que no todos tenemos los mismos gustos o las mismas pretensiones. Sin embargo, no estamos reflexionando en este momento sobre los gustos de una persona o otra, sino que, existen individuos que tienen una preferencia por alguna actitud en la vida, algún objetivo, una forma de afrontar su realidad propia. Cuándo esta persona observa en la sociedad que una mayoría tiene la misma o parecida percepción de su realidad, intenta cambiar aún a pesar de que para él es magnífica esa manera de afrontar el día a día.
Esta reflexión, me gustaría comentar porque la veo cada vez en mayor medida en nuestra sociedad creo que es una etapa de la vida, en la que pensamos ser únicos y destacar sobre los demás, diferenciarnos en algo que nos haga populares en algo que nos haga ser recordado durante mucho tiempo. Mi reflexión hoy en día, es que, uno puede diferenciarse o puede parecer que se diferencia el solo dentro de la sociedad, sin embargo, lo único que es valorable es que detrás de esa persona esta una educación, están a unos amigos, esta una familia, está un trabajo; todos los los días trabajamos de alguna u otra manera.
En mi forma de ver las cosas, debemos de apoyarnos untar ideas, juntar proyectos, trabajar conjuntamente y sobre todo respetar; porque a pesar de que nos queramos diferenciar, lo único cierto que hay en todo es que pensamos de una forma u otra. Pensamos y esta es la clave para progresar, tanto en nuestro pensamiento, como en nuestra actitud de abarcar todos los parámetros de nuestra vida. Puede ser diferente el razonamiento, no importa porque a veces podemos llegar a sorprendernos de las personas que nos encontramos en la vida.
Muchas veces no nos damos cuenta pero detrás de un gran trabajo no soy una persona, hay millones de personas, porque a lo largo de nuestra vida hemos sido estimulados por todo lo que nos rodea en mayor o menor medida (la sociedad las ciudades en las que has vivido, los amigos que has hecho, los museos que has visitado, etc.).
Llegado a este punto, me paro a pensar en las malas experiencias que hayas tenido en la vida que te han hecho aprender ciertas formas de salir vivo de diferentes e incontables situaciones. Con esto, no quiero decir que todo lo que hayamos aprendido, que todo lo que nos podemos parecer unos a otros, que todo lo que nos diferenciamos sea por las malas experiencias, sino por como hemos sabido reconducir cada uno de nosotros, tanto las experiencias buenas, cuando las hemos tenido como las experiencias desagradables.
Mi consejo hay que ser paciente siempre, no tomar decisiones precipitadas, ni abrir la boca demasiado, porque al fin y al cabo el tiempo da la razón. Con esto, no quiero decir que estés sentado en el sofá de tu casa jugando a la play, te digo que te muevas, que te levantes, que busques y que luches por tus ideales con una organización para poder cumplir tu objetivo de una manera aceptable y acorde con tus recursos, respetando a la gente que te rodea porque ellos no tienen porqué pagar tu incoherencia.
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